molder. primero, olvidado y arrabalero

hoy, que no es el inicio, no podemos dejar de dedicarle unas palabras.

molder, que etimológicamente no viene de "molde" sino de "mulder", fue entretela esperando ser comprada en una casa de belgrano (cabildo y... que era?) donde casualmente venden guata.

resignado, de clase austera y soñador.

plano, pleno y pulcro se entregó sin tapujos al caos de este mundo globalizado. si, se entregó a las tijeras diestras abusadas por zurdas.
respiró profundo y entendió que sería el inicio genético de una gran generación; esas guaguas atrevidas que hoy desfilan por el mundo y no le dan ni la hora.

orgulloso de tener el corazón con agujeritos, los cordones desatados, el pelo revuelto y lejos de ser un muñeco vudú, molder vió, ve y verá nacer a cada guagua, cada molde, cada lentejuela bordada, cada idea, cada pickle de pepino (y coliflor).

lejos de ser una reivindicación, esto es un homenaje al primer molde del intento. él sabe que hubieron varios. pero guarda el tesoro de ser el único vivo entre las telas de once ya en cajones de manzana del chino de la vuelta que usa hombreras y chaquetilla de leopardo con capucha de cebra (te cobran 25 centavos si llevás la coca fría).

rompiendo las excepciones del universo cosmopolita y filosofeado, molder fue el primero y será el último (acá, en la china, en el chino, en el norte o en el coto).

casi sin evaluaciones y sin cosas que llevan a otra, abusando de la telepatía abrupta y asustativa, declaramos a molder NUESTRO ALFILETERO de lujo.

(si, lo se, lo se!! me tengo que acordar de llevar la caja de alfileres la próxima juntada el fin de semana. no me hacés acordar más cerquita del sábado?)